LEONARDO MURILLO

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Location: Metropolitana, Chile

Nacido en 1984, Leonardo Murillo ha dedicado su vida a respirar el aire que emanan los objetos construidos por el hombre. Sus primeros cinco años los vivió cuestionándose las razones que tenían las tias del jardín para pegar cachetadas a quien no se durmiera en las colchonetas. Luego vendría el colegio, la educación básica en donde Jessica Arriet Ojeda, la profesora jefe, lo martirizaría en base a retos y humillaciones frente a sus compañeros. De quinto a octavo frecuentó la marihuana, el crack y la pobreza de una escuela municipal cerca de su casa. En el 2002 completó sus estudios secundarios para abocarse ha seguir respirando el aire que emanan los objetos construidos por el hombre. Administra y es uno de los fundadores del sitio y editorial www.poetica.cl. Fanático del ajedrez y la poesía, Leonardo Murillo come todos los días pan con algo pal pan y té, sentado en la cama a una distancia de treinta y siete centimetros entre él y su televisor.

Wednesday, November 28, 2007

Memoria, César Vallejo y La pieza oscura

César Vallejo es uno de mis poetas preferidos. Muerto en 1938, acompaño su aporte a la poesía universal: acróbata del sentimiento humano. Estimo que en cualquier poema leído estamos en presencia de un sujeto, alguien que está más cerca o más lejos de un hemisferio que en la etapa de la infancia es comprendido mientras que en la adultez se tiende a aplacar recomendando fármacos. Un hemisferio que sólo la hermosa “locura” logra captar, comprender en sus aserciones respecto a la realidad y al hombre. La creatividad es una máscara, se tilda de “creativo” a aquella persona que se le ocurre lo que no se le ocurrió a otro. A mi juicio la creación no es más que el vislumbre de las experiencias primeras, los primeros pasos en dirección de una dimensión real. César Vallejo recorre en Trilce su concepción acerca del individuo. El sujeto transita por el relieve de las emociones humanas, en una escritura difícil en la que es importante la colaboración del lector. Su escritura es hermética porque precisamente ese es el tinte necesario para asimilar la inmensidad de la emoción. Hay un poema particular de este poemario en el que me quisiera detener para hacer mi análisis, es el poema XI. Para hacer mi alcance debemos tener claro que la matriz de sentido que le otorgo a los poemas de este libro es la de un sujeto masculino que recepciona poéticamente sus enfrentamientos con la vida. La definición de poeta que da Enrique Lihn es que este es un manipulador sofisticado del lenguaje que mantiene relaciones problemáticas con aquello que la medianía conviene en llamar realidad y se desahoga en ese contexto. El individuo de Trilce impacta su sensibilidad con el medio, y de ahí se logran poemas en esta lógica. La sensibilidad tiene que ver con una manera de entender la poesía, es la visión de aquellos que incurren en el poema sin saber que el poema es una creación lingüística en la que la sensibilidad tiene una vinculación tangencial con el hemisferio invisible de la realidad. El sujeto sensible se ve afectado en mayor medida por lo que le acontece, y lo que le acontece no es sino una forma de aquello que es probable que aún no vea, o que ya vio sin ser conciente aún. Eduardo Anguita en el poema Venus en el pudridero su hablante le pide al niño que lo nombre

sin pestañar,
en un segundo,
las dinastías reinantes -siglos, siglos-,
los monarcas desgajados.

¿A qué se refiere con “los monarcas desgajados”? Hay que tomar en consideración que esto es un pedido al niño. Se le pide al niño que lo nombre, como un enlace inmediato. El niño está encapsulado por el hablante como un mediador. Uso la palabra “encapsulado” porque en Venus en el pudridero Anguita juega con la dimensión del tiempo. El poeta remite a un segundo una fachada total. En el capítulo I del libro “La zona muda. Una aproximación filosófica a la poesía de Enrique Lihn” de Jorge Polanco Salinas, este empieza con epígrafe de Nietzche, Ahí está la barca –tal vez navegando hacia la otra orilla se vaya a la gran nada- ¿quién quiere embarcarse en ese ‘tal vez’?. Me cuelgo de este epígrafe tomándome la libertad de creer que esa gran nada no es sino el mundo de la luz. Un amigo de mi madre, el Almendra, murió al lanzarse a la luz de una camioneta. Era la noche más negra que las manchas negras de la vaca en la noche, esas vacas pastando en los poemas de Zurita. La luz de la camioneta lo cegó y no supo más hasta el impacto mortal. Me embarco en ese ‘tal vez’ cuando afirmo que acostumbro a creer todo lo que me dice un poema. Entonces la lectura de Trilce me va indicando que a veces hay un sujeto que camina en la calle, por ejemplo. Si tomamos el poema VII,

Rumbé sin novedad por la veteada calle
que yo me sé. Todo sin novedad,
de veras. Y fondeé cosas así,
y fui pasado.
Doble la calle por las que raras
veces se pasa con bien, salida
heroica por la herida de la calle
esquina viva, nada a medias.

Debemos considerar que el poeta afirma que fue pasado. El poeta está caminando por la calle y se da cuenta que ya ha pasado por esa calle. Dice que hay una salida heroica de esa calle, conectando con la herida de la calle, la herida creo que debe ser la posibilidad del recuerdo de una situación desagradable o emotivamente fuerte. Sale airoso, el poema como en general todos los de este libro, son interiores. Hay un juego con la exterioridad e interioridad, la exterioridad atrapa hebras de recuerdo interiores, enriqueciendo la realidad, o al menos distorsionándola con el recuerdo acaecido. Para el poema XI es muy útil esta antesala reflexiva e interpretativa, puesto que estamos en presencia de un ejemplo más de un sentido que puede tomar el poeta para su obra. La intención poética de establecer un diálogo vital con la memoria, las experiencias y su aterrizaje en la situación concreta.

He encontrado una niña
en la calle, y me ha abrazado.
Equis, disertada, quien la halló y la halle,
no la va a recordar.

El sujeto se encuentra de sopetón con una niña en la calle. Aparentemente es anónima por que la denomina “equis”, y la observa como si estuviera disertándola, el encuentro es tan abrupto que se halla extrañado y no la recuerda ni nadie la recordaría en su lugar.

Esta niña es mi prima. Hoy, al tocarle
el talle, mis manos han entrado en su edad
como en par de mal revocados sepulcros.
Y por la misma desolación marchóse,
delta al sol tenebloso,
trina entre los dos.

En el primer verso el poeta nos dice que es su prima. Al tocarle el talle entró en su edad, supo del tiempo transcurrido, como una transición desde el recuerdo al presente; al tocarle el talle vio lo que fue y su presencia: una sensación de amargura por lo que fueron. En las notas al pie de página de la edición crítica de la obra de César Vallejo de Américo Ferrari dicen respecto a su prima que los comentadores, y en particular Larrea que tanto ha insistido en identificar a la rita de “Idilio muerto” con la sobrina del poeta, Otilia, no dicen nada sobre esta prima calificada enigmáticamente de “equis”. Aparentemente se trata de un amor infantil de Vallejo. Obsérvese que en el momento del encuentro (¿1919?) la “niña” debía de tener más de 25 años. El poeta encuentra pues directamente a la compañerita de la infancia no a la mujer: sus senos son dos “sepulcros” donde duerme el “idilio muerto”. Idilio muerto es un poema de Los heraldos negros, en ese poema el hablante se pregunta qué habrá pasado con Rita, la enamorada que ya no está. En este poema también hay una actitud del recuerdo, pero que no se confunde con el presente sino que se queda allí, como tal. En el poema XI el recuerdo se transfigura en presencia y se marcha. Usa la palabra “delta” que tiene dos acepciones, es la cuarta letra del alfabeto griego y también es una acumulación triangular entre los brazos de la desembocadura de un río. Vallejo dice “delta al sol tenebloso”, me imagino (tengo que imaginarme porque coopero a la lectura del poema) que debe ser la imagen del momento en que la niña se marcha y los brazos de Vallejo quedan como esos brazos de la desembocadura. La palabra “tenebloso” debe enfatizar la pronunciación infantil de esa división de lo que fueron alguna vez y que se presenta en su realidad contingente de dos personas ya separadas. Esa distensión es la que trina en ambos sujetos.

<>,
me dice. Cuando lo que hicimos de niño
en casa de la tía difunta.
Se ha casado.
Se ha casado.

En la enunciación la emoción se transmite. La repetición de “se ha casado” incide en la interpretación, como una sorpresa y luego una constatación macabra.

Tardes años latitudinales,
qué verdaderas ganas nos ha dado
de jugar a los toros, a las yuntas,
pero todo de engaños, de candor, como fue.

La expresión de lo que fue se extiende a lo ancho de esa realidad de memoria. Los versos dos y tres están afectados por un tiempo presencial que se transforma en un pasado y un presente distinto. El clima interno del hablante Vallejo logra concordar una situación cotidiana con un impacto emocional enorme. El ectoplasma de la memoria en poesía revitaliza la imagen. Lo acontecido se une al conjunto de poemas, la economía de los recursos surte el efecto de aquello que aborda el poeta, de aquello que atrapa. Lo que atrapa es un viaje a la infancia, a aquello que no volverá. Veo en el poeta la asunción de un amor de la infancia, amor por su prima. Un amor que se dio en la etapa que para los adultos ya no existe a pesar de todo lo que se recuerde. Enrique Lihn, poeta chileno muerto en 1988, en el libro La pieza oscura y en el poema homónimo trata más o menos eso. Me refiero a que el poeta renuncia a la complacencia intelectual y al idealismo metafísico, en el sentido de que no se cuelga de lo existente, toma un camino propio de exploración poética. La escritura de Enrique Lihn, y creo que en particular la de La pieza oscura, se muestra una atmósfera de perplejidad y vacío insubsanable, porque no hay respuestas para el dolor ni para la condición de la vida destinada a la muerte. Se reivindican la dirección hacia las fuerzas del instinto y del inconciente. Enrique Lihn ha afirmado que se reconoce como un retórico confeso, su retoricismo está estimulado por las fuerzas de lo desconocido. Se da un escenario de la memoria del hablante, la memoria es un centro de una constelación de sentidos. El pasado se toma como posibilidad de afirmación, de intento de afirmación y salvataje, pero fracasa. La indagación sobre una condición temporal y existencial tiene el rostro de la vergüenza del niño y un impacto con la vuelta al presente, en un espacio entre el pasado, el presente y el futuro, espacios poéticos de gran envergadura, pues parece suspenderse el angustioso transcurrir de la existencia. Esto se da en el marco de una cuidadosa construcción donde hay una coherencia interna e intensidad vital. La infancia es un llamado que recibe el poeta.

La mixtura del aire en la pieza oscura, como si el cielorraso hubiera amenazado
una vaga llovizna sangrienta.

La pieza oscura es el territorio del recuerdo, la vuelta de la presencia de lo que fue el hablante. La memoria se sitúa en el lenguaje. Lihn asume que practica una poesía hecha de palabras y de palabras escritas, un “arte de la palabra” que tiende a convertir a la poesía en tema de la poesía, a transformar la poesía en una poética. En este sentido, se deja en claro las diferencias entre esta poesía teñida de memoria y una simple recapitulación, como es el caso del poema “La víbora” de Nicanor Parra. Enrique Lihn, como entrevistado de Marlene Gottlieb en Estados Unidos en 1983 afirma que en La Pieza oscura la palabra y su euforia conducen el hilo de una exploración <>, que no lleva a ninguna parte; pues lo que se memoriza (no lo que objetivamente se recuerda) es algo que sólo ocurre o es en el lenguaje, como la poesía con la cual la memoria, en este caso, se identifica. Tal cual lo deja en claro, la actitud retrospectiva del locutor se sitúa distanciándose. La rememoración está teñida de exaltación emotiva y sensorial, hay una oscilación memorística y una visión de la temporalidad como tránsito y compromiso de renovación continua.

De ese licor inhalamos, la nariz sucia, símbolo de inocencia y de precocidad
juntos para reanudar nuestra lucha en secreto, por no sabíamos no
ignorábamos qué causa;

Se enfatiza que desde el licor de la pieza oscura se inhala, como la vuelta sensitiva de las cosas a la realidad por el olfato. Se reanuda una lucha porque en el territorio de la infancia el otro no es una persona sino que es un obstáculo en la carrera hacia algo de lo que no se sabe absolutamente nada, se imita en el nivel del automatismo. Cuando se imita sin saber realmente lo que se imita se da una situación en la que no se sabe lo que se hace pero tampoco se ignora que se está haciendo algo.

juego de manos y de pies, dos veces villanos, pero igualmente dulces
que una primera pérdida de sangre vengada a dientes y uñas o, para una
muchacha
dulces como una primera efusión de su sangre.

Lihn en su juego del lenguaje, ironiza sobre la frase “juego de manos son de villanos”; los niños en esos juegos “distintos” actúan con mayor fuerza, son más villanos, desde la óptica de un carácter compartido de desaprobación. Cuando leo estos versos pongo atención en la asociación que yo hago entre la primera efusión de sangre y el hilo rojo que corre de la primera menstruación de una muchacha, como la visualización original del cambio corporal y con ello la conciencia de la capacidad de caer en el pecado de la carne, la relación sexual.
Y así empezó a girar la vieja rueda--símbolo de la vida--la rueda
que se atasca como si no volara,
entre una y otra generación, en un abrir de ojos brillantes y un
cerrar de ojos opacos
con un imperceptible sonido musgoso.
Centrándose en su eje, a imitación de los niños que rodábamos de
dos en dos, con las orejas rojas--símbolos del pudor que
saborea su ofensa--rabiosamente tiernos,
la rueda dio unas vueltas en falso como en una edad anterior a la
invención de la rueda
en el sentido de las manecillas del reloj y en su contrasentido.
Por un momento reinó la confusión en el tiempo. Y yo mordí,
largamente en el cuello a mi prima Isabel,
en un abrir y cerrar del ojo del que todo lo ve, como en una edad
anterior al pecado
pues simulábamos luchar en la creencia de que esto hacíamos;
creencia rayana en la fe como el juego en la verdad
y los hechos se aventuraban apenas a desmentirnos
con las orejas rojas.

La rueda representa la imagen del tiempo patente, la movilización en el espacio de las coordenadas de la memoria en el presente: la vida que conjura la distinción entre las generaciones. El momento en que el hablante de Vallejo toma del talle a su prima y no la puede reconocer por lo abrupto. Son los momentos en que el lenguaje poético se encarga de suspender al transcurrir normal de la vida para situarnos en las imágenes de la memoria, que no son de la memoria sino que son de un presente. Al decir que la vieja rueda dio unas vueltas en falso como en una edad anterior a la invención de la rueda se está hablando de la suspensión del tiempo y el habitar en esas experiencias donde mordió a su prima Isabel y simulaba luchar en la creencia de que eso se hacía con las orejas rojas de los niños y ese impulso inconsciente de esa etapa.

Se presenta muy bellamente en el poema la perspectiva de la experiencia infantil compartida con otros niños. El hablante utiliza en algunos pasajes la persona del nosotros y adopta la mirada del adulto que evidencia la situación de los niños de manera crítica.

el tiempo volaba en la buena dirección. Se lo podía oír avanzar
hacia nosotros
mucho más rápido que el reloj del comedor cuyo tic-tac se
enardecía por romper tanto silencio.
El tiempo volaba como para arrollarnos con un ruido de aguas
espumosas más rápidas en la proximidad de la rueda del
molino, con alas de gorriones--símbolos del salvaje orden
libre--con todo él por único objeto desbordante
y la vida--símbolo de la rueda--se adelantaba a pasar
tempestuosamente haciendo girar la rueda a velocidad
acelerada, como en una molienda de tiempo, tempestuosa.

La muchacha y la primera efusión de su sangre es una referencia que tiene que ver con las conclusiones que se sacan respecto al establecimiento de los niños y la relación con los adultos en el poema. Hay que considerar la mención del reloj del comedor es un momento en que el presente se levanta y la transición entre el recuerdo del pasado de la infancia y el presente se vuelve un sentido posible.

Yo solté a mi cautiva y caí de rodillas, como si hubiera envejecido
de golpe, presa de dulce, de empalagoso pánico
como si hubiera conocido, más allá del amor en la flor de su edad,
la crueldad del corazón en el fruto del amor, la corrupción
del fruto y luego . . . el carozo sangriento, afiebrado y seco.

En este pasaje el adulto suelta a su cautiva que está en la memoria y envejece de golpe. Conoció la crueldad del fruto y su corrupción y lo que vio fue la coronta de la realidad de ese amor con su erotismo inmoral, oscuro e inquietante.
¿Qué será de los niños que fuimos? Alguien se precipitó a
encender la luz, más rápido que el pensamiento de las
personas mayores.
Se nos buscaba ya en el interior de la casa, en las inmediaciones del
molino: la pieza oscura como el claro de un bosque.
Pero siempre hubo tiempo para ganárselo a los sempiternos
cazadores de niños. Cuando ellos entraron al comedor, allí
estábamos los ángeles sentados a la mesa
ojeando nuestras revistas ilustradas--los hombres a un extremo, las
mujeres al otro--
en un orden perfecto, anterior a la sangre.

La pregunta se hace hacia al futuro, que va a ser de los niños que ya se vivieron en la memoria? Luego la ironía de ver a esos niños ojeando revistas ilustradas imitando la normalidad que es perfecta puesto que es impostada inocentemente, pues no saben por qué tienen que ocultar aquello que “parece” que no se debe hacer. La rara sensación de vergüenza connota el pecado y la caída, en la inocencia de Adán y eva según el contexto de la cultura judeo-cristiana.

En el contrasentido de las manecillas del reloj se desatascó la rueda
antes de girar y ni siquiera nosotros pudimos encontrarnos a
la vuelta del vértigo, cuando entramos en el tiempo
como en aguas mansas, serenamente veloces;
en ellas nos dispersamos para siempre, al igual que los restos de un
mismo naufragio.
Pero una parte de mí no ha girado al compás de la rueda, a favor de
la corriente.
Nada es bastante real para un fantasma. Soy en parte ese niño que
cae de rodillas
dulcemente abrumado de imposibles presagios
Los niños y sus juegos rituales derivados de la fantasía se dejan mezclar con una cierta pasión y sensualidad y a la vez con un hondo desaliento. La pregunta es sobre sí mismo y la negatividad de la existencia. Parte de él no giró con la rueda, quedó en esa realidad del presente y lo que fue no volverá más: nada es bastante real para un fantasma, qué mejor expresión para un poeta como Enrique Lihn. Me gustaría terminar este escrito como lo hace en ese poema, de una manera absoluta, extremada y gigante, porque sabemos que a Lihn les cerramos las puertas, que su decir es la angustia de no estar situado en este hemisferio de la luz.

y no he cumplido aún toda mi edad
ni llegaré a cumplirla como él
de una sola vez y para siempre.

Victor Manuel de España-Quiero abrazarte tanto

Descubrí esta canción gracias a un músico itinerante, en la 104. Un ciego al que terminé aplaudiendo siendo el único que aplaudía y por tanto el único que ese ciego oía.

http://www.esnips.com/doc/01eaf4d9-20a7-46bc-92a0-7c37de0a8747/Victor-Manuel_Quiero-Abrazarte-Tanto-1


Siento tu mano fría
correr despacio sobre mi piel
y tu pecho en mi pecho y tu desnudez.
ya olvido reproches que imaginé.
Vente conmigo al huerto
que están las rosas
queriendo ver la promesa
que has roto para volver
y así creer lo que les conté.
Dije que te quería
como a nada en el mundo.
que seguía tus pasos,
tu caminar, como un lobo en celo
desde mi hogar
con la puerta abierta de par en par,
de par en par.
Que tenía en penumbra
nuestro rincón
en aquel salón
con dos cubiertos y tu canción
y con tus flores en el jarrón.

Siento tu mano tibia
que palmo a palmo besa mi piel
y tus brazos me enredan hoy como ayer;
en este nuevo día vuelvo a creer.
Vente conmigo al puerto
que hay una barca en el malecón
con tu nombre pintado secando al sol,
con tu nombre grabada junto al timón.
Sabes que te quería
como a nada en el mundo
que seguía tus pasos,
tu caminar, como un lobo en celo
desde mi hogar
con la puerta abierta de par en par,
de par en par.
Que tenía en penumbras
nuestro rincón
en aquel salón
con dos cubiertos y tu canción
y con tus flores en el jarrón.

Quiero abrazarte tanto
con mis sentidos, con tanto amor
que no haya más sonido que el de mi voz
mi cuerpo en el tuyo a continuación.
Y yo andaré la tierra
como un romero buscando a un dios
y tendré tu regazo, tu comprensión
y una casa pequeña para los dos.
Sabes que te quiero
como a nada en el mundo
que seguía tus pasos,
tu caminar, como un lobo en celo
desde mi hogar
con la puerta abierta de par en par,
de par en par.
Que tenía en penumbras
nuestro rincón
en aquel salón
con dos cubiertos y tu canción
y con tus flores en el jarrón.

Porque no hay segunda sin primera



es probable que me hayan pedido desde niño que sea un sujeto extravagante, al menos interior y casi exteriormente extravagante. aquí una foto donde estoy disfrazado de pirata o de príncipe caspian o adan pero con capa, o un gatito con botas. la espada era de plástico pero no la tuve en ese momento glorioso en que mi padre catapultó el flash hacia el mundo. mi hermano esteban a la izquierda y mi madre con la bolsa de las compras. todo esto a las afueras de la casa

niño, niño mío, nómbrame siglos sin pestañear, en un segundo dinastías reinantes siglos siglos los monarcas desgajados.

Sunday, November 25, 2007

Quién tiene tu amor

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como es sabido por el sujeto que tengo adentro del cráneo, mis influencias musicales son dos; por parte de mi madre la cumbia y por parte de mi padre el tango.
este tango es uno más de mis tangos preferidos...porque dice: "entre las cosas del ayer insignes", esa palabra está ahí, se escucha "insistes", pero yo creo qe debe ser "insignes", y me gusta y para mí siempre va a ser insignes, además de que el tango entero es bueno, representa ese dolor universal que no es facil cantarlo, porque creo que hay una personalización, es un desgarro lo que se canta, el amor asesinado con la misma gillete del ingeniero que ayer se lanzó desde el dieciocho piso antes de cortarle la mejilla a su expolola, una herida corta pero profunda hasta el hueso, a quien minutos antes le había dicho que hasta ahí no más llegaba la relación; un corte abrupto por parte del sujeto femenino que determinó una reacción airada que según Julio Videla es comprensible. Me sorprendí mucho cuando hoy vi las noticias en Lun.com, brígi, brígido, pero no escribió un poema ni un tango, se lanzó del 18 como supermán, afirmaron los lectores de la calle que se ponían una mano arriba de las cejas



pero hay quien cantó un tango, Leopoldo Díaz Vélez:

Quién tiene tu amor


He recibido una cartita tuya
donde me dices adiós, sin alma...
Yo me pregunto cómo puedo ahora
seguir viviendo si tú no me amas...

¿Quién tiene tu amor
ahora que yo no lo tengo?
Dime de quién es
y quién se ha llevado tus besos...
¿Dónde reinará
el dulce mirar que no siento ya?
Yo no sé
porqué te perdí sin quererlo.
Hoy tengo ante mis ojos
una foto donde estás
sonriéndome, última limosna que me das...
¿Quién tiene tu amor
ahora que yo no lo tengo?
Dime de quién es
tu vida que ayer mía fue.

Entre las cosas del ayer insignes
en recordarme tu amor lejano
yo me pregunto cómo puedo ahora
seguir viviendo si tú no me amas

Quién tiene tu amor
ahora que yo no lo tengo?
Dime de quién es
y quién se ha llevado tus besos...
¿Dónde reinará
el dulce mirar que no siento ya?
Yo no sé
porqué te perdí sin quererlo.
Hoy tengo ante mis ojos
una foto donde estás
sonriéndome, última limosna que me das...
¿Quién tiene tu amor
ahora que yo no lo tengo?
Dime de quién es
tu vida que ayer mía fue.

Saturday, November 24, 2007

Ingeniosos

Hasta hace un tiempo atrás la única manera de leer el título de la estación a la cual se llegaba era acercándose a la ventana y mirando para arriba. El letrero no estaba a la altura del promedio chilensis. Fue entonces que a los de Metro S.A se les ocurrió la genial idea de adecuar un título más apropiado, un título, eso si, con falencias. En qué consistían esas falencias, te preguntarás mas oh criatura de muchas palabras y de arremolinados pensamientos, criatura de tantas razones humanas basadas en la represión de la realidad de las sin razones, bástate saber que habían pegado unos stikers con las letras. Y no faltó el ingenioso que empezó a despegar las letras del título para formar otras palabras, como los poemas que hacemos con Pablo Lautaro, Felipe Kong, Fabrizio, Juan Carlos y Maria Paz: He ahí que se conformaron otras frases, que son las siguientes:



El vista de la Florid para Bellavista de La Florida. Un cambio interesante.



La Estación Baquedano se transformó en PAJA, la verdad del mundo no tendrá reparo, vamos!, y los niños la persiguen a pedradas como si fuera un Mirlo.

Hace poco estos administradores se pusieron norteamericanos pa sus cosas, el equilibrio "sionista": Sacaron los stickers y pintaron el nombre con esmalte blanco: ojala alguien vaya con plumón a batallar.

guarda la certeza

Las flores del camino incurren en la cuenta de las gotas de los ojos. Por cada una de ellas un bello asteroide se repliega y no regresa sus pasos. Un Psyduck asoma la incertidumbre del joky al ajeno lamento de las cuencas del retardo en uno y dos ingresos a la salitrera bucal, a esa salitrera como cada pábulo a los lamentos de los vendedores de pescados en la playa, allí apretado arrugado en la basura en esa masa morada irradiando su ola en narices astilladas, en los golpes que propinaron a cada mejilla por preguntar lo indebido, por preguntar el por qué las neuronas incurren en este precipicio sin tiempo ni seguridad de un regreso feliz, con las manos en la cintura y aspirando el aire hacia ese afuera y me niego a ser un teólogo:

guarda la certeza (JCVB)

Friday, November 23, 2007

Va a nevar en el espacio y la NASA no lo sabe

Don marcelo tiene un joki que dice fieghlander, es un lustrabotas que cree fervientemente en las palabras del título, un poema de Diego Maquieira. Lo cree porque los lustrabotas se comunican haciendo uso de la marca Nugget.
Don Marcelo existe y tiene las manos ennegrecidas.

Thursday, November 22, 2007

asfixia y esos Muertos

En Tegucigalpa muere un niño de 18 meses atragantado por un tornillo, asfixiado, mirando el rostro del ama de casa. Un bebé de seis meses por una papilla en Alcobendas, se quiso ver los ojos. Por el hueso de una aceituna, un niño de dos años decide fallecer con la familia alrededor dando alaridos, correazos de sangre en el cuerpo, para la más bella tristeza. Por una salchica, en Arganda del Rey, un niño de tres años decide atragantarse en la cena de familia, para que la madre supiera que la deglución comporta esferas de colores y gestos de rata. Por la ventosa de una flecha de juguete, y en compañía del abuelo, se le atravesó en las vías respiratorias, en Valverde de la Virgen, a una persona de cuatro años: infligió dolor a la diarrea del perro en el dibujo. No funcionaron las maniobras de reanimación ni los fármacos, fue su último deseo. En un momento en el que estaban solos, muere atragantado por un adorno de navidad. Un bistec de huachalomo fue el arma que eligió un niño de doce años en Valparaiso para morir mientras bajaba los peldaños de los cerros. El horizonte negó la versiones que situaban el hecho en las constelaciones de principios de la década, afirmando que en agosto de 1999 murió de un año y con un trozo de manzana y en abril del mismo con un collac, lo mismo que en diciembre del 2000, con seis años y con una figura pokemon, no obstante le haya enterrado un lápiz pasta en la traquea.

?



Todavía no conozco a Juan Carlos Vergara Barahona

Friday, November 16, 2007

Tolerancia Cero




Es hora de hablar de ellos, los personajes que se sientan a conversar de las noticias de la realidad nacional e internacional. Un Melnick atornillado por la mano del dueño del canal, Sebastián Piñera (un magnate que es aplaudido por Kike Morandé y Cecilia Bolocco; por Kike Morandé porque ya no es el Pinochetista que amaba a Lavín y se dio cuenta de que Lavín era un weón tonto o un cristiano talibán ergo Piñera representaba de mejor manera su ideales macroeconómicos de huaso mercanchiflero y por nuestra exMiss Universo que le dio un beso en la mejilla al tata crudo de la cremación, al general en su mejilla fría recién afeitada la Cecilia Bolocco hija de un padre que se le ocurrió fabricar televisores Bolocco que duraban dos días y medio). Un Melnick derechista confeso que maneja su automóvil rojo por las calles de Santiago, su automóvil rojo que representa la aceptación de las explotaciones por la ventana, la recepción de las bolsas de la tienda como quien traga su propia saliva con sabor a sal Lobos de esta que venden a trecientos el kilo en el Lider. Un Guiller orgulloso de su misión en el mundo, por Dios y la biblia mormona. Guiller tan amado por los lectores del noticiario de chilevisión tan amado por su colocolismo (particular patología que sufren aquellos hinchas del équipo campeón de la libertadores el 91 y que consiste en la carencia de la marraqueta crujiente el día posterior). El guiller que se tupe en el argumento, que se tupe comprensivamente por la pasión futbolística, que se tupe porque su lenguaje se convierte en vacío, en hoyo negro de la misión comunicativa en la parte media, en la parte media el discurso se va ensanchando hasta las palabras gigantes y los conceptos gigantes irrebatibles. Un Villegas que brindó ante la muerte de René Letelier, que tuvo el descaro de brindar con la copa levantada la muerte de René Letelier como diciendo te fuiste con nosotros, estamos juntos y nos iremos a jugar con el verdadero Fritz siete, presencia de los sueños mortales. Un Villegas como pompa de jabón reflejada en narices que se suenan con pañuelos desechables que no importan nada, porque el pañuelo desechable para ti la verdad es que no importa nada, absolutamente nada, nada, nada, nunca nunca nunca!.Un Villegas en procesión de duendes malignos deslizándose por las prostatas, por los libros de Historia y las pastillas en conta de las jaquecas del vestido italiano, el vestido italiano y el dios que te atreviste a negar como negaste o niegaste la bolsa de basura del rostro de Alejandro Zambra, tal cual negaste o niegaste el asado a la chilena y la buena cumbia de una ramada; sin duda la experiencia lógica y la matriz de sentido, de un único sentido matemático tal cual tus ojos ante las inteligencias derramadas en los platos de tu cultura; sociólogo de cuchillo cartonero, látigo y machete de los más creíbles argumentos.
Y el vacío, un espacio donde estuvo el inolvidable Aldo Rómulo, las cejas y la piel craterosa de los innombrables, los otros que no están a la altura del inolvidable Aldo Rómulo.
Y Paulsen, con su sonrisa ganadora e inquieta: tragador de palabras y estructuras y estructuras en sinfonías de mañanas con leche y panes tostados, diarios y estructuras y correlatos de bruma argentina, de cancha con lesión eterna, para despedirse del futbol chileno, las estadísticas y tú en tu país, porque el inglés lo aprendiste con los brazos cerrados y en la mano el auricular de tus contactos, defensor de causas y rock y nostalgia de años de Dictadura-perogrullo.

Tolerancia Cero: la derecha y la izquierda son la prueba más fehaciente de la destrucción del Hombre.

Próximas aproximaciones a los objetivos visibles de Poetica.cl

¿Qué tal? Ya se va la tarde del domingo entre el té de las cinco, el cafecito y los queques que están muy ricos. Les propongo algo a los muchachos de poética. Ya que muchos son estudiantes (Leo, te hablo directamente a ti) me parece que sería interesante generar algunos intercambios en el sitio. P. ej.: algunos comentarios, diálogos, dar a conocer poetas de otras laitudes, tal vez una que otra noticia literaria, algunos chismes sobre los poetas y escritores, o chistes sobre los mismos, que a veces alegran la vida. Que algún escritor se arriesgue a pedir que critiquen su trabajo (sin enojarse, claro), cosas así, digo, para insuflarle vida al sitio, que la gente se ponga las pilas y sienta erizársele los pelos.... Mando un poema para que tú lo reenvíes, como siempre, plisito. Terepere.


existe un poeta que para mí es un ser humano excepcional, que se llama gonzalo geraldo. con el hablamos en un momento de la intención de escribir crónicas o pretensiones de crónicas o escritos con letras, palabras y oraciones que versaran un contenido que fuera atrayente para este público que sabe que nosotros no caemos en eso de estar orgulloso de lo que hacemos (escribir es algo que nos gusta mucho pero también se nos abren los ojos hasta tocar el dorso de los párpados). mundillos y submundillos de realidades contables. con esta proposición ese pretendimiento se vuelve una certeza, así que pronto pondermos manos a la obra.
abrazos embutidos y expuestos como la primera vez que acaeció en la mente la palabra "alma".

Thursday, November 15, 2007

The LM True Santiagolibud Stories-Los ex niños simbolos



Te dijeron, Daniel Peña Jaramillo, eres el niño símbolo de la teletón. te levantaron los ánimos y aprendiste a escribir con la boca. Te dijeron, Daniel Peña Jaramillo, camina como puedas, arreglatelas para caminar mirando la cámara para que causes tristeza en los televidentes, para que causes una moneda o un billete del bolsillo en el melodrama de las planchas y las manos en el mentón. Esto último no te lo dijeron en el oído, ni tu madre ni Don Francisco cuando te subió a sus brazos ni en tus reflexiones de impedido ni en la piel de esas niñas corriendo. Fuiste beneficiado por la teletón durante 16 años de tu vida. Te dijeron, Daniel Peña Jaramillo, los aparatos las protesis harán de ti una mejor vida. las colchonetas y las pelotas de goma gigantes y la mirada de la terapeuta profesional con su sonrisa inventada para que te sintieras bien. y les creíste. Les creíste, Daniel Peña Jaramillo, les creíste y violaste reiteradamente a tu hermanastra de 9 años. Con tu silla de ruedas la violaste, con tu escritura por la boca y en recuerdo de las veintisiete horas de amor la violaste, cuando tuviste que aplaudir imaginariamente en el estadio nacional la violaste y la cuenta y la viste por tus ojos de impedido la violaste el mandato de Don Francisco y la meta, y la sonrisa y los ademanes la violaste grandilocuentes del conductor de Sabado Gigante. Fuiste el símbolo, Daniel Peña Jaramillo, y ahora estás encerrado en la unidad de atención a minusválidos de la cárcel de Alto Bonito en Puerto Montt.

Tuesday, November 13, 2007

obedece a la morsa

estupenda creación de terror para la conciencia.
tengan claro que esto es terror genuino. le pega mil patadas en la raja a todos los íconos del terror: freddy krugger, jason, Eso etc.
puede que tenga mensajes subliminales, pero eso es alimento no del video, sino de los papanatas que van creando el mito de los mensajes. si se fijan, aparte de las imágenes perturbantes, hay un efecto de los comentarios, del deseo de saber la opinión del otro, para solucionar ese temor. de ahí la lectura de los bromistas humanos del mundo, que recomiendan no verlo por los peligros y subliminalidades, todas ellas productos de la fantasía. hay weones que son sinceros en su consejo, pero lo único que logran es agrandar la sombra terrorífica del mismo.
yo llegué a este video porque en las cartas de´l periódico lo criticaban por ser grotesco, etc, o sea por curiosidad.
hay que destacar este video, y rescatar la razón de ser de su terror. destacar el porqué nos sentimos tan cagados de miedo: es un buen material para nuestras creaciones: lo peor que puede hacerse es recomendar que no lo vean, al contrario, que los vean todos para que caiga en la prostitución de las imágenes, y pase lo mismo que con los íconos del terror ya mencionados, que en sus secuelas se transformaron en comedias buenas para reírse, y pasar un buen rato.



el gran Jason



el gran Freddy kruegger



el gran Obedece a la morsa

Wednesday, November 07, 2007

psycho killer

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la letra no le hace mal a nadie.
con la letra no devuelves golpes ni humillaciones.
la letra es el peo más sonoro y hediondo del espíritu.

Sunday, November 04, 2007

qué lata que no me ofrezcan pepsi en mcdonalds...Tlulilup! en ti pienso

en el planeta tierra luchan monstruos apocalípticos al frente de nuestras narices. dos grandes marcas como coca cola y pepsi, son esos mosntruos. ellos pertenecen a la elite, estamparon sus manos en el paseo de la fama de Tlulilup!



si pueden ver, la combinación de los colores nos dice que este no es un monstruo cualquiera, que no está en el nivel del letrero de la panadería "los alerces". este es un monstruo apocalíptico que luchó hace mucho tiempo, y nosotros acostumbramos a rendirle un culto implícito, pues está en nuestra siquis como una bebida gaseosa y tiene buen sabor.



Pepsi fue el gran antagonista en esa lucha mítica, la obra se representó en Broadway. y fue catalogado por la revista forbes como la obra más espectacular en años.

los que atienden en mcdonalds preguntan por la bebida mencionándola. Cocacola? pronuncian para que nostros digamos si, y no gastemos reflexiones en la elección. pero podría ser : pepsi? por una cuestión de tributo igual. este tema es bueno, y lo promociona la pepsi. es un comercial que gusta escuchar: buena jugada publicitaria, porque este tema es la raja.

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leí por ahí, en todo caso, que el único tema que salva de del album de The cloud room, es este. pero igual, eso demuestra que hay grupos que le pueden achuntar, y que es sólo cosa de darle.

Thursday, November 01, 2007

Enterré a la Yoya el día de los muertos

Conversando en el paradero las cosas triviales de las nubes, porque en las nubes puedes ver tus ojos, el bosque y los sonidos que salen por la boca de los niños que piensan en la pateadura que les van a dar en sus hogares, siento el celular sonando en mis pantalones y me dispongo a alejarme porque soy un tipo de contestador de celulares que se aleja, como quien prefiere no conversar con las personas que rompen tu corazón. En la esquina me doy cuenta que la persona que me llama es mi padre, para darme las noticias como cachetadas en la cara, esas noticias que nunca tuvo el cuidado de saber decirlas, el cuidado que no tuvo cuando le dijo a mi madre que su hermana se iba a morir de un cancer mamario, que el hoyo de su seno era mortal y hediondo como la vida de los dolores que no son palabras. Se murió la Yoya- y no le entendí más porque la confusión de las buenas nubes donde un día vi mi rostro se perdieron en esas aortas cortadas por el hilo de los volantines elevados a miles de metros. Se murió la Yoya y fuiste con tu cansancio a buscar un veterinario para que te dijera que lo mejor sería tirarla adentro del camión de la basura, en el nivel de los papeles cagados que tuve que echar a las bolsas negras cuando trabajé en la feria chilena del libro, y el moreno que me enseñaba a limpiar los tachos de los papeles cagados no quiso ver mis ojos al constatar el color café de la mierda de mi mano. Corté el teléfono y les dije a Randall y a Felipe Kong y a Sebastián y Randall me puso la mano en el hombro.
Tirarla al camión de la basura iba a ser el peor olvido para una perra. Me dije que debía enterrar ese despojo aunque la tierra del jardín estuviera dura y agrietada, como lo hice con el Chocolate y el Robin, perros de grandes magnitudes sensitivas. Además de que yo le pegué una patada a esa perra y me arrepentí profundamente hasta las lágrimas. La había visto volar por los aires momentos antes de que me mordiera porque le estabamos cortando el pelo, esas motas de perra poddle fracasada, una quiltra con crespos que ladraba cuando alguien llegaba y nos decía "aló" a las afueras de la casa.
Puta la gueá con jabón al despertar en la mañana. Había soñado con que esa perra no estaba muerta de verdad, sólo tenía afuera del cuerpo su sistema endocrino, una bolsa con órganos le colgaba hacia afuera de su sucio recto, y se seguía moviendo: puta la gueá con jabón al despertar en la mañana. La perra estaba muerta y nada podía hacerse más que enterrarla y no caer en las recomendaciones de estos veterinarios conchas de su madre.
Su cuerpo era más pesado. Envolví ese cadáver en un papel de regalo de hermosos colores para luego transportarlo al hoyo que me costó una hora cavar. Una hora en la que reflexionaba sobre los gusanos y la sombra de mi cuerpo al extraer la tierra, mi sombra que era de un color más oscuro que la tierra y en cuyo contraste descubrí elementos.
Luego me lavé las manos y me comí dos panes con algo pal pan más un vaso de bebida Caricia sabor piña.