LEONARDO MURILLO

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Location: Metropolitana, Chile

Nacido en 1984, Leonardo Murillo ha dedicado su vida a respirar el aire que emanan los objetos construidos por el hombre. Sus primeros cinco años los vivió cuestionándose las razones que tenían las tias del jardín para pegar cachetadas a quien no se durmiera en las colchonetas. Luego vendría el colegio, la educación básica en donde Jessica Arriet Ojeda, la profesora jefe, lo martirizaría en base a retos y humillaciones frente a sus compañeros. De quinto a octavo frecuentó la marihuana, el crack y la pobreza de una escuela municipal cerca de su casa. En el 2002 completó sus estudios secundarios para abocarse ha seguir respirando el aire que emanan los objetos construidos por el hombre. Administra y es uno de los fundadores del sitio y editorial www.poetica.cl. Fanático del ajedrez y la poesía, Leonardo Murillo come todos los días pan con algo pal pan y té, sentado en la cama a una distancia de treinta y siete centimetros entre él y su televisor.

Monday, September 25, 2006

Ashley Tisdale








en el Disney están dando high school musical...un musical con buenas canciones, y ésta musa: MUSA INSPIRADORA.

-Contemplaciones-

Alcanzan mis cabellos decorando los portales de mi temple que son La Vida
Soy como tú cuando te hiciste ; siendo Mañana Quién Hubiera Querido ser Ayer.
Y ya No Renacerás Más¡¡ Muerta.
Mis ojos se hicieron de tus vientos liberados
Mi cabello ya es fiera fuerza copulante
A destajo habré de probar sino es el amor , sino es el amor muy bien entonces ; La Piel
Que es el niño Saltador de Mundo
Ladrón de Besos , Buscador de Ojos Y los Fantasmas Huyen , se secan en tal denso humo gris
Y frío , Acaban su estar de Ambigüedad ; Nuevo Amanecer de Naranjas Y Frutillas.
Me siento a la Ribera de tal Naciente en la orilla de lo pronto Amanecido ;
Me agrada ;
Duermo Calmo ;
Silencio ,
Silencio

Luis David y Leonardo Murillo

Sunday, September 17, 2006

Gólgota

Cristo, cerviz de noche: tu cabeza
al viernes otra vez, de nuevo al muerto
que volverás a ser, cordero abierto,
donde la eternidad del clavo empieza.

Ojos que al estertor de la tristeza
se van, ya se nos van. ¿Hasta qué puerto?
Toda la sed del mundo te ha cubierto,
y de abandono toda tu pobreza.

No sé cómo llamarte ni qué nombre
te voy a dar, si somos sólo un hombre
los dos en este viernes de tu nada.

Y siento en mi costado todo el frío,
y en tu abandono, a solas, hijo mío,
toda mi carne en ti crucificada.


Miguel Arteche



En este poema se advierte una cristiandad asumida y profunda. El marco en que esto se vierte es el de la reiteracion de la imagen del cristo crucificado. El poeta expresa su sentimiento un viernes santo y se remonta al Golgota; el nombre del monte a las afueras de Jerusalen en el cual fue crucificado Jesus, segun la tradicion cristiana. Golgota es el nombre de este poema. Asi comienza. De esta forma al lector se le introduce en la variada dimension de significaciones que pueda sustrerse de un nombre de gran connotacion para el cristiano. Es entonces como en el primer verso se inicia con la mencion de Cristo, cerviz de noche:, que constituye una gran imagen en la cual se condensan todas las visiones posibles del hombre crucificado con la mirada y la cabeza caida. Porque si alguien se pone pensar en Jesus crucificado, lo que advendra a su mente no va a ser sino algo muy similar a Cristo, cerviz de noche:. Entonces tenemos a Jesus crucificado en la noche, con la columna vertebral prominente y llamativa a los ojos y el poeta nombrandolo asi para decirle: tu cabeza al viernes otra vez, de nuevo al muerto que volverás a ser, cordero abierto, donde la eternidad del clavo empieza. Palabras que ingresan a la dimension de los constantes viernes santos de la humanidad, en donde el ritual del recuerdo al muerto se levanta como la reiteracion de las palabras: otra vez, de nuevo, volverás y empieza, que son a fin de cuentas el relieve aunador de la estrofa. Y esto debido a que signan los elementos que hacen del cristo crucificado y el viernes un ciclo de continuas emociones que son comunes a los cristianos. Las mismas emociones que se reiteran cuando el poeta dice: se van, ya se nos van, en relacion al estertor del hombre en la cruz. En este sentido la concurrencia de un gradual fusionamiento de los cuerpos es visible, lo cual permite hacer resaltar la idea de que estamos en presencia de un poema en el que se expresa una experiencia mistica. Y la senda que continua es la del preguntarse en este trance cual es el puerto de llegada de los ojos del estertor de la tristeza. En un modo gradual que va tignendo progresivamente de encarnacion cristiana al hablante. Toda la sed del mundo te ha cubierto, y de abandono toda tu pobreza. Dos versos en los se repite el termino toda pero cubriendo espectros atingentes a la vision de Cristo en la cruz para los cristianos. El sediento y abandonado por el mundo. El hombre que en la continuidad del poema se hace uno solo con el poeta, el cual siente su presencia en su cuerpo y declama No sé cómo llamarte ni qué nombre te voy a dar, si somos sólo un hombre los dos en este viernes de tu nada. Estamos en presencia de la antesala del Cristo en el hombre; el cristo en el poeta. Porque el poeta siente a su Cristo un viernes en su cuerpo. Expresa la comunion propia con la imagen. La imagen que en ese estado se torna un dialogo de solo dos entidades: el poeta y el Cristo, y que sin embargo es un momento de tal comunion espiritual, de tal misticismo, que al ser propia del cuerpo el poeta se atreve a decir los dos en este viernes de tu nada. Entonces, cuando ya estan implicadas en un mismo cuerpo las sustancias de Cristo y el poeta, este ultimo sufre lo que sufrio el redentor: la lanza por el costado de su cuerpo. El poeta se muestra sufriente, con frio en el costado y abandonado; sientiendo en si mismo la crucifixion.

Monday, September 11, 2006

11 de septiembre del 2006 y caen los humanos desde los helicopteros al mar y desde el edificio al suelo de ketchup

"Son grandes noticias. Ya era hora de que alguien le diera una patada en el culo a Estados Unidos. Aplaudo esta acción. Quiero ver cómo Estados Unidos desaparece del mapa"

Estas fueron las palabras que concedió Bobby Fischer a una radio filipina. Fischer y la rabia contra su patria y mi propia rabia saliendo de las burbujas rojas; mi hocico proyectando la bota y los suplicios del maniatado. Victor Jara cantando Jai jai y yo el 11 de septiembre del 2001 llegando desde el colegio a la casa para recibir el comentario con mano en la boca de mi madre "Leo, hay guerra hay guerra". Mi mami observaba mis facciones mientras me sacaba la mochila y me dirigía a la pieza para detener mi pupila en la lentitud con que el avion aterrizaba su explosión en las torres..."hay guerra, hay guerra". Estaba al lado de mi padre, quien solazaba su hallazgo de un nuevo rumbo para la historia, con una sonrisa inefable, única, cuya curvatura me expresaba la poesía del mundo.
Jorge Hevia se rascaba su nariz totalitaria, y entonaba la voz como si ya estuviera acostumbrado a estos azares, "le daba seriedad al oficio". El regreso de la historia al planeta, los cuerpos cayendo desde el edificio hacia el suelo de ketchup, alaridos, las torres derrumbándose por el "matinal de Chile", ese que entrevista a los sopaipilleros, a los obreros de la construcción y a los sujetos que esperan la micro en el paradero.
Luis Miguel de fondo, cuando calienta el sol para terminar el despacho de un periodista enfermo. Vamos a comerciales, la tanda de la escisión de un núcleo pesado en elementos más ligeros mediante el bombardeo de neutrones estrellandose contra los ojos de la corbata del colegio y la mirada de los inspectores en esa mañana en que nosotros no teniamos pico idea de lo que sucedía. Y la mirada del inspector sospechosa, como sonríendo nuestra ignorancia. el guatón pelado del inspector caminando como individuo feliz de su existencia y mirándonos con esa mirada de dientes afuera, amarillos.
Y los apagones en la tarde, y las velas para que conversemos más a fondo acerca de nuestras leseras individualistas, familiares y digestivas. Como dice mi amigo poeta Pablo Yañez "yo quiero ser dactilar" o "noventa grados al sur yo tengo un orgasmo de pena"...noventa grados al sur yo tengo un orgasmo de pena. Son grandes noticias. Ya era hora de que alguien le diera una patada en el culo a Estados Unidos. Aplaudo esta acción. Quiero ver cómo Estados Unidos desaparece del mapa.
Portando en mis manos un cartel de detenidos desaparecidos. Alguien me lo pasó cuando me colé entre los marchantes. siendo un lutario con el luto en las gueas, quedándome en un minuto de silencio para Morandé 80, mirando la estatua de Salvador Allende para encumbrarme al lado y ponerle su corona de flores a pedido de unos turistas. Ver el rojo de la mejilla de raul Sohr cuando lo entrevistan y un sol vomitando su asco en el Terrible Chile.
En el Terrible Chile van cayendo las verguenzas de la madre del síndrome de dawn, o por qué te arrancas mi niña con labio leporino, o la pelada de sandy cuando tenía que volver a declamar el chiste de los minusválidos. O el Terrible Chile tomando té con los políticos para sangrar más sangre por el culo del perro. El perro cierra sus parpados para que le salga el mojón por el culo; el mismo esfuerzo que hace María Paz Ñuñez para no mirarme a los ojos cuando me encuentra vendiendo cachureos en la feria. El mismo esfuerzo de los hermanos Pirula para reclamarle al Terrible Chile la razón de su desafortunado apellido ¡y me lloran las mofas a sus carnes!.
En ese esfuerzo del perro para que salga su mojón por el culo se hallan las primeras visiones del micrero cuando comienza su stress que lo revienta en el momento en que me saca la madre en mi cara. Y la bota del militar oyendo el último Jai Jai de Victor Jara y su rostro de curvatura; provocando la explosión y la destrucción total dentro de su perímetro con guitarra.

Entrevista a la Señora Juanita (ya publicado hace tiempo en poetica.cl)

Cuando me pongo a pensar en el progreso de las ciudades, y camino a casa viendo en los apoyos de las ventanas a los maceteros de arcilla con sus plantitas color verde, he ahí el momento en que una fugaz idea recorre mi materia gris tumefacta, gracias a las voladas con los cabros; pues quien aparece no es sino la figura de las láminas que nuestros niños oyen detrás de la puerta de las tortuosas y furibundas declamaciones que presentan los programas de televisión.




La suerte está echada. Y ella barre su influencia en la patria y en las grandes decisiones que determinan los lineamientos fundamentales de los pilares burocráticos. Y ella barre y pasa la virutilla en un compás de piernas sincronizado; algo que sólo logran los oídos de la radio y su tarareo del infierno, o del cielo, o del país. Quién sabrá acaso más que ella misma de sus intenciones tras las celosías y su lagrima de transpiración tras la puerta? !por favor respóndanme! Yo quiero saberlo! Y ella barre. Miro su cadencia desde mi ubicación peatonal del cemento en estas cuadras en donde el ochenta por ciento de los hombres caminan los días domingo hacia los ferias. Me detengo en el transito de espectros que aquella cuadrada masa orgánica me ofrece, como cuando en la vega te acercan el plato de porotos con riendas, y tú aceptas el movimiento de la cuchara hacia tu boca, la cual gusta de embucharse aquel elixir emancipado por los pueblos. Toco el timbre. Y ella barre. Apenas escucha el primer ring, abre la cortina y husmea con su nariz apodíctica, el resultado de las sociedades y las culturas. Al verme dibuja mi cara con su rostro. Su fe en Dios la incita a abrir la puerta, salir caminando y arrastrar su calzado universal por el camino de baldosa, en tanto hurguetea el bolsillo de su delantal para buscar las llaves del retruécano* firme y claro de las habladurías; la puerta de la reja en donde conversa con Berta los días martes.

-Qué quiere?- Me pregunta empleando esa insolencia de forma en la que flotan los tallarines o los pedazos de pan frito. -Busco a la señora Juanita- Le respondo mirándola fijo, como si en cada partícula de luz matinal, el sol inscribiera en mi frente un palíndromo de ida, vuelta y carnero.

¿Por qué usted está en la boca de todos los políticos?

Eso me lo he preguntado desde mi renacimiento, pues la verdad es que mi raíz de vida me la dieron estos hombres, los que me han otorgado unos cuantos respiros de existencia, a punta de nombrarme en sus discursos y explicaciones. Jamás imaginé que podía ser tan importante.

¿Siente rabia de que no le retribuyan monetariamente?

(mira al cielo y se persigna) Ay mijo, por qué piensas tanto en la plata. (suspira) La verdad es que vivo sin vivir en mí y tan alta vida espero, que muero porque no muero. Estos son unos versos que me aprendí de chica... Sé que el señor me espera con los brazos abiertos, pero de nada sirve quejarse en vano. Estoy viva y quiero seguir viviendo aquí, en esta casa... y con la tele prendida! jajaja.

La señora Juanita respondía a mis preguntas con una parsimonia que no me parecía legitima. Trataba de destacarse por cosas que no eran su verdadera personalidad. Es por eso que decidí pegarle una cachetada, reprendiéndola por desyoizarse sin el consentimiento de la patria. Entendió mi reto y, secando sus lagrimas, me invitó al living de su casa. Acepté su pedido, pues afortunadamente en la mañana había leído, en el diccionario Aristo, la acepción de la palabra cortesía.

¿Por qué eres un símbolo?

Cada símbolo del mundo se halla en nuestra alma, no avances por los vados del escepticismo. En el camino de la poesía los hombres juegan a ser niños, y en cada niño se encuentras la palabra tú.

¿Usas calugas maggi?

Dependiendo del almuerzo. Pero siendo sincera, a todo le pongo caluga maggi.

“Jamás te olvidare”.

Esta fue la última frase que le exclamé a la señora Juanita cuando me despedí. Caminé por el cemento de todos los días. Las ligutrinas eran más verdes que de costumbre, y como si en mi alma habitara la escarcha de la mirada de soslayo a una ninfula, cavile* su respuesta. En efecto, su réplica fue tan cristalina como nuestra primera lagrima; la señora Juanita me llamó “mentiroso”. En mi camino hallé una lata de coca-cola achurrascada. Fue una delicia haberla pateado en tanto exclamaba al aire: tienes razón, olvido.


Entrevista de Leonardo Murillo

Fotografía de Shorizo Hampon

Traducciones subjetivas + un poco de cicuta pal cuerpo (ya publicado hace tiempo en poetica.cl)

Ellos no se caen de sus asientos cuando sospechan que el traductor les comenta previamente que el trabajo fue hecho literalmente, o "con mi interpretación imaginada". Siguen leyendo en amistad con sus ojos. No obstante la constelación anterior, creo que la hondura se da en la importancia de un elemento subjetivísimo y digno de las más enconadas reconvenciones.






Tener suerte, raja, cuea o como le llames tú en tu juicio de valores secretos, allá en aquellos años en que los valores no tenían secretos en el fundamento, sino en la acción, en el hecho a analizar. Esa es tu cuea, suerte, raja o como le llames tú en tus salivas que cuelgan de la piedra pome rosada que reposa en tu boca. Háblame, admiro el secreto que duerme en las sabanas de facto. En donde resecados se hallaban los fluidos de la muerte de tu prójima; tu propia muerte mientras la empalabas con tu pretensiosa significancia. Te solicito. Una voz se oye en el aire de tu piel que danza mientras yo te miro con mis miradas de voyeur incansable, como la cultura hace caso omiso a las nominaciones abiertas, al igual que esas piernas de par en par que me incitan a pensar en la cuea, suerte, raja o como le llames, en una perspectiva que pretende explicar por qué causa la suerte nos es útil en el momento en que se toma el libro traducido por el asterisco, sin referirme para nada al culo, ni menos aun a la raja o cuea de la cual ya hablé, sino que al incógnito chico maravilla que se guarece en esos papeles impresos con versos de humanos nobles, "a los cuales les gusta la poesía". Como el espaguetti corto que ahogó nuestro sueño de darnos un beso como los perros de la película de monitos animados. Y esa piedra pome que era nuestra reciproca lengua que se besaba como si el verso parasitara los afectos al padre. Esos versos amaban la materia gris del espíritu desde el cual nacieron, como la mujer hermosa que camina mostrándome sin vergüenza sus senos que no pueden definirse usando las palabras. Sólo son morenos y se mueven y yo me muevo junto a ellos sintiendo una alegría de mórula; pequeñísima que me distrae con mi sonrisa. Hasta ahí el lamento de los pequeños que les dicen a sus madres, mamá, quiero ir al baño. Y el hombre niño, ese aspecto de los aburridos de por vida que acuden a la locura como una vil desconocida, haciendo de ella un arrebato que se resuelve por la carne, en un abrazo a mis amigos que leen esos poemas traducidos, y los degustan mientras una mueca de orgullo les hace cruzar la calle con el libro estrechado por sus dedos adictos al cogote de pavo. Ellos no se caen de sus asientos cuando sospechan que el traductor les comenta previamente que el trabajo fue hecho literalmente, o "con mi interpretación imaginada". Siguen leyendo en amistad con sus ojos. No obstante la constelación anterior, creo que la hondura se da en la importancia de un elemento subjetivísimo y digno de las más enconadas reconvenciones. Me refiero a la onza de oro del factor suerte, raja, cuea o como le llames tú en tu juicio de valores secretos. La fortuna del niño que se acerca al libro. La suerte del desarrollo acercándose a la traducción del libro, como la fotocopia de la fotocopia de la fotocopia que uno lee denodadamente, al igual que las primeras oraciones antes de la primera comunión, antes del diablo en tus ojos. Esos primeros pelos en el sector de los bigotes toman el libro y leen poemas traducidos, los cuales son izados como los mejores escritos del mundo...

SI MUERO JOVEN (*)
Sin haber publicado libro alguno,
Sin ver el rostro que tienen mis versos en letra impresa,
Pido que, si quisieren preocuparse por mi causa,
No se preocupen.
Si así ocurrió, así está bien.

Aun cuando mis versos nunca sean impresos
En eso tendrán su belleza, si fueren bellos.
Pero no pueden ser bellos y permanecer inéditos,
Pues las raíces pueden estar bajo tierra
Pero las flores florecen al aire libre y a la vista.
Así tiene que ser, forzosamente. Nada lo puede impedir.

Si muero muy joven, oigan esto:
Sólo fui un niño que jugaba.
Fui gentil, como el sol y el agua,
De una religión universal que sólo los hombres no tienen.
Fui feliz pues no pedí nada
Ni intenté encontrar nada,
Ni encontré que hubiese más explicación
Que la palabra explicación no tuviera sentido alguno.

Únicamente deseé estar al sol o bajo la lluvia
-Al sol cuando había sol
Y bajo la lluvia cuando llovía
(Y nunca al revés),
Sentir calor y frío y viento,
Y no ir más lejos.

Una vez amé, creí que me amarían,
Pero no fui amado.
No fui amado por la única y sencilla razón
-Porque no tenía que ser.

Me consolé volviendo al sol y a la lluvia
Y sentándome otra vez en la puerta de casa.
Los campos, a fin de cuentas, no son tan verdes para quienes son amados
Como para quienes no lo son.
Sentir es estar distraído.

Alberto Caeiro (Fernando Pessoa)

(*) Traduccion de Andrés Ajens

De la misma forma en que los ángeles danzan en la punta de un alfiler, la incongruencia de las imágenes que se inscriben en la ciencia de dios, pueden sostener, en tanto se enfilan como milicos en el caudal de una estrechez tan relativa como personalista, el ejemplo de la transustanciación del pan en los versos deglutidos, velozmente, por neuronas seudo-unipolares, desde las que nacen sólo en una prolongación que se bifurca y se comporta funcionalmente cono un axón salvo en sus extremos ramificados en que la rama periférica recibe señales y funciona como dendritas y transmiten el impulso sin que este pase por el soma neuronal; es el caso de las neuronassensitivas espinales, las cuales traen el abrazo del gusto particular hacia versos que, al ser descubiertos en la inconciencia de una traducción, desenvainan lo maravilloso. Y es así como las vendedoras que atienden en los mall de las comunas, en el ordenamiento territorial de los asentamientos humanos, van a estar de pie con sus manos tomadas en la espalda esperando que uno adopte la posición de consulta, para que ellas se aproximen como cuando las niñas saltan y corren con sus vestidos para recibir su barquillo de la mano del padre, y sigan esperando hasta la primera palabra del cliente; una persona que ama el gesto de la llegada de la noche, inevitable, como un pequeño río.

La independencia de estos versos con respecto a los originales portugueses, no nace del capricho del amigo que necesita hablarle a otro y que está perdido en alguna parte sin poder reconciliarse porque ella es su alegría y universo, todo para él. No. La posta molida que vende el carnicero albino a quien los amigos llaman Cielo Abierto y que sonríe abriendo la boca y exhibiendo la ortodoncia urgente, no es para nada un argumento que pueda contener escamas o trozos y aguarse con sangre, hebras, o la insurgencia de los que saben que es un buen momento para comparar las distintas traducciones del patriarca poético del jovencito, aquel de los pocos pelos en el sector del bigote, con los otros asteriscos, sin referirme para nada al culo, ni menos aun a la raja o cuea de la cual ya hablé. Los otros asteriscos son las otras traducciones que pululan en la ensenada como queriendo retener y disuadir, y que reciben nuestras lecturas en una caminata sin pensamiento; la de la persona que entregó un regalo y no se lo aceptaron, al contrario, le dieron dinero, y lo aceptó y lo puso en su bolsillo, y se fue. Y el gran asterisco, que permite condensar únicamente en la lectura y sin explicación alguna el por qué es mejor la traducción de Ajens a cualquier otra, la da la mirada a los versos traducidos de un enorme personaje para las letras hispánicas, como lo es Octavio Paz, mexicano, premio Nóbel de literatura, autor de una voluminosa obra, casi interminable, la cual llega a dar modorra husmear, y que fue capaz de traducir el poema de Pessoa sin problemas, como mirando a la luna llena y a la adolescente que se rasca su entrepierna a solas, bueno, eso es lo que ella cree. La tumba de Octavio Paz, su muerte para los pocos pelos en el sector del bigote, para el jovencito, la otorga, como el regalo antedicho, la siguiente traducción:

SI MUERO PRONTO (*)

Si muero pronto,
Sin poder publicar ningún libro,
Sin ver la cara que tienen mis versos en letras de molde,
Ruego, si se afligen a causa de esto,
Que no se aflijan.
Si ocurre, era lo justo.

Aunque nadie imprima mis versos,
Si fueron bellos, tendrán hermosura.
Y si son bellos, serán publicados:
Las raíces viven soterradas
Pero las flores al aire libre y a la vista.
Así tiene que ser y nadie ha de impedirlo.
Si muero pronto, oigan esto:
No fui sino un niño que jugaba.
Fui idólatra como el sol y el agua,
Una religión que sólo los hombres ignoran.
Fui feliz porque no pedía nada
Ni nada busqué.
Y no encontré nada
Salvo que la palabra explicación no explica nada.

Mi deseo fue estar al sol o bajo la lluvia.
Al sol cuando había sol,
Cuando llovía bajo la lluvia
(Y nunca de otro modo),
Sentir calor y frío y viento
Y no ir más lejos.

Quise una vez, pensé que me amarían.
No me quisieron.
La única razón del desamor:
Así tenía que ser.

Me consolé en el sol y en la lluvia.

Me senté otra vez a la puerta de mi casa.
El campo, al fin de cuentas, no es tan verde
Para los que son amados como para los que no lo son:
Sentir es distraerse.

Alberto Caeiro (Fernando Pessoa)

(*)Traducción de Octavio Paz.






Todavía me pregunto, y disculpen mi falta de educación para el lector de esta subjetividad objetivante, cómo cresta un premio Nóbel pudo haber escrito una traducción tan callampa!! Saco un papel desde mi pantalón y leo la siguiente frase de Tavito Paz; "entre los tres enemigos del alma, el único verdaderamente mortífero para el escritor es el MUNDO". En nombre de las fantásticas películas universales como las que por cada grano de arena en la Tierra representan millones de constelaciones, qué gran diferencia, dios mío!; de nosotros la gran diferencia: El milagro que nos distingue...Gracias al hijo, fin último de esos versos sublimes de la creación, se brinda al alma. Nadie podrá jamás rebatirme que en la traducción "si muero joven" a "si muero pronto" hay un abismo de hediondez soterrada, como las narices tapadas que se asoman al llegar a la estación de metro Carlos Valdovinos de la capital de Santiago de la Nueva Extremadura, y que sienten la retahíla de la mirada a los ojos de un prójimo tan glorioso como la sensación inconciente de la muerte de un hombre. Tan sólo acudan a su diccionario y verifiquen las asepción de esas palabras. No será necesario saber portugués para desprender que la mejor traducción es la de Andres Ajens. Y nadie dijo nada. Y nadie dijo nada mientras el sueño inunda el aposento del pathos, como el emborrachamiento de un poeta estéril que fuma su cigarrillo y escribe el ánimo de los vientos fríos en las tiendas calurosas con sus aires acondicionados al igual que su atención a los modales amanerados de los hombres que penetran potos y caminan abrazados juntos a sus súper megas amigos. Y nadie dijo nada. Y nadie dijo nada en la etapa de preguntas sin respuestas hechas por el rabino que trata de encantar con su carisma forzado; sonrisa actuada levantando las manos; creencia por la creencia de los no creyentes. Amigos, no amigos, mujeres, compagneros y vaginas, humanos todos: existen hombres que se han levantado diez años de su vida a las seis y media de la mañana, y planean seguir con ese ritmo otros diez años más. Yo beso la frente de esos hombres. Yo beso la frente de esas mujeres. Y a pesar de que no crea en dios; caramba, que dios los bendiga, una palmada en las pompas y a acostarse que mañana tienen que levantarse a las seis y media de la mañana.
Hasta que el último pinganilla sea iluminado.


Tarea para la casa.


Usando su cerebro, compare las dos traducciones que vienen a continuación:



"Quiera el cielo que el lector, animoso y momentáneamente tan feroz como lo que lee, encuentre sin desorientarse su camino abrupto y salvaje a través de las ciénagas desoladas de estas páginas sombrías y rebosantes de veneno; pues, a no ser que aplique a su lectura una lógica rigurosa y una tensión espiritual equivalente por lo menos a su desconfianza, las emanaciones mortiferas de este libro impregnarán su alma, al igual que el agua impregna el azúcar. No es aconsejable para todos leer las páginas que seguiran: solamente a algunos les era dado saborear sin riesgo este fruto amargo. Por lo tanto, alma tímida, antes de penetrar más en semejantes landas inexploradas, dirige tus pasos hacia atrás y no hacia adelante. Escucha bien lo que digo: dirige tus pasos hacia atrás no hacia adelante, del mismo modo que los ojos de un niño se apartan respetuosamente de la augusta contemplación del rostro maternal."



Lautreamont.



(*) Aldo Pellegrini.






"Plazca al cielo que el lector, envalentonado y por un instante feroz como lo que lee, encuentre sin desorientarse su camino abrupto y salvaje a través de las ciénagas desoladas de estas páginas sombrías y repletas de ponzo ña; pues, a menos que no aporte a su lectura una lógica rigurosa y una tensión espiritual similar como m ínimo a su desconfianza, las emanaciones mortales de este libro embeberán su alma como el agua el azucar. No es bueno que todo el mundo lea estas páginas que siguen; sólo algunos saborearán este frutos amargo sin peligro. Por consiguiente, alma tímida, antes de adentrarse en semejantes landas inexploradas, escucha bien lo que te digo: dirige tus talones hacia atr ás y no hacia adelante, como los ojos de un niño que evita respetuosamente la contemplaci ón augusta del rostro materno."




Lautreamont.



(*) Ana Alonso

Me encontré una VAGINA (publicado hace tiempo en poetica.cl)

Hoy caminaba por alameda mirando seductoras entrepiernas, y pensaba en el vendabal que provocaría si mi pensamiento fuera escuchado por las señoras de moralina estática. Ellas me iban a encontrar vulgar, y discriminarían mi cara a pesar de que en el fondo hallar una palabra vagina fuera tan común como hacer nacer la rosa en el poema, o que goteara el delicado borde de una hoja tras el viento leve que se degusta desde un tibio clamor enamorado.

Cuando salí de esa aula de enseñanza, Nicolás me preguntó qué me pareció la clase de Stendhal, y yo le repondí que no me escandalizó, sino que me "Stendhalizó". Y me reí y recordé la talla parecida que tiró Fuentes para una feria del libro, donde exclamó "Proust me Proustituye". Por un momento me sentí escritor de renombre. Qué tarado soy- pensé luego de las carcajadas de Nicolás. Entonces la vagina marcada en esos pantalones apretados me surtía de los más variados ensueños, lo malo era que la señora Inés me dijo "dedicate a estudiar
no más, las mujeres no están muy nobles que digamos, y cree en dios". Me lo decía como corolario a la historia que me contó cuando interrumpió mi lectura-Bovary para preguntarme si era cristiano. Yo le respondí que dios existe pero está muy lejos y que a pesar de que me propusiera creer en dios, sería imposible lograrlo pues perdí la fe. Cuando terminé mi esforzada réplica, supe de inmediato que había cometido un gravísimo error, debido a que le abrí la puerta a esta señora para que me contara su biografía y tratara de convencerme en base a su melodrama. Chucha, la cagué-le dije a mi interior. Entonces me habló de que tuvo que recibir a su hijo de cuarenta y tantos años en su casa pues su pareja lo echó luego de que lo despidieran, y que seguía creyendo en dios. De que también tuvo que recibir a su hermana, enferma y de más edad, expulsada del hogar por su propia hija, y que seguía creyendo en dios. De que su hermano estaba postrado en cama, con una pensión de ochenta
lucas y los hijos esperando su muerte, y seguía creyendo en dios. Estalló en llanto, y secaba sus ojos con un pañuelo desechable dualette que arrugaba en su mano sesentera. Me despedí con un beso en su mejilla y me levanté de aquella banca para seguir creyendo que el único medio de creencia en dios es la poesía, que debía terminar mi lectura-Bovary y que, a fin de cuentas, las vaginas miradas por mis ojos son más sabrosas.
Es agradable saber que se escribe en la actualidad para la actualidad. Esto lo digo con la precisa seriedad con que miré los ojos de Lloret al afirmarle que uno no mejoraba en la poesía, sino que descubría la propia poética.
Me pregunto qué hacer con las señoras de moralina estática; ¿meterlas a todas en una bolsa y apalearla con un bate de beisbol? Me tinca que no; lo mejor será guardarlas como las flores que corto en mis caminatas y que coloco dentro de los libros guatones, a objeto de que me queden planitas para que así me sirvan en el futuro, para cuando quiera regalarle un aparato poético a alguna bella que ame las letras del Zalo Reyes o María José Quintanilla.

Sunday, September 10, 2006

Monstruos en Bécquer

El amor, sueño, idealidad, como el resultado de un respiro de la creación, como un crispar de los recuerdos de la amada. Así acontecen en la obra de Bécquer, los puntos por los cuales se desenvuelven sus leyendas. Y estos puntos estriban preludios que se elevan en torno a un ritmo que la imaginación dirige. Lo cual se consta en la explicación que el autor hace al inicio de cada una. Es así como se logran advertir en estas leyendas características que se alejan de aquello que la medianía conviene en llamar ¨realidad¨, ingresando, a medida que progresa la narración, a contextos en que la situación sobrenatural es juez y parte. Es este aspecto el que este trabajo concentrará su accionar, a objeto de dejar en evidencia la vinculación que tiene el sujeto interior del autor con su poesía, la imaginación y la creación de realidades sobrenaturales, en el contexto del Romanticismo.

“Hace mucho tiempo que tenía ganas de escribir cualquier cosa con este título. Hoy, que se me ha presentado ocasión, lo he puesto con letras grandes en la primera cuartilla de papel, y luego he dejado a capricho volar la pluma.”


El autor entra en sí mismo y busca la primera inicial de su inspiración. Así rebotan en su mente las imágenes de las constantes melancolías, el sufrimiento de las miradas ajenas, el amor en su concentración pura, como si la poesía proviniera más allá del propio cuerpo. Si tenemos en cuenta el contexto del autor en su España natal, es posible advertir que el Romanticismo europeo ha dejado una huella en su creación (es innegable que sus Rimas son eminentemente románticas), lo que sin embargo no ha hecho mella en su libertad e independencia. Y es por esta independencia que sus leyendas destacan por su apronte a una narrativa ya no tan sujeta al arbitrio del yo interno, sino que más abiertas a lo que pueda acontecer según esta misma concesión. Y es así como surge aquella prosa que crea realidades empalmadas a su espíritu de poeta. Con el canto íntimo como puente catalizador entre su experiencia de vida y la creación misma. Porque Gustavo Adolfo Bécquer es el poeta creador de los “Ojos verdes”, leyenda cuyo protagonista es Fernando, una persona que no cree en las supersticiones y que se va en busca del ciervo que intentaron cazar y que herido se escabulló entre los matorrales de un sendero que conducía la fuente de los Álamos; allí vio a la mujer de ojos verdes, un fantasma que finalmente lo mató al atraerlo a un precipicio. ¿Cuál es el origen por el cual se entrelazan las ideas en el espíritu del poeta, que finalmente redundan en la escritura de esta leyenda en la que el factor de lo sobrenatural es preponderante? En sus leyendas Bécquer crea un mundo en el que el sueño, la imaginación y su espíritu van originando la materia que se traduce en un contenido rico en fantasía. Y esta fantasía creadora parte de un sentimiento intenso, el cual hace cambiar la percepción, deformando el objeto del deseo y con ello la realidad.


“Creía que en el fondo de las ondas del río, entre los musgos de la fuente y entre los vapores del lago, vivían una mujeres misteriosas, hadas, sílfides u ondinas, que exhalaban lamentos y suspiros, o cantaban y se reían en el monótono rumor del agua, rumor que oía en silencio intentando traducirlo”.


En este fragmento, de excepcional belleza, es posible identificar aquella fantasía creadora de la cual hemos hablado. Es la fantasía de Manrique, personaje principal de la leyenda de título “El rayo de luna”, y que es a fin de cuentas la fantasía creadora de Bécquer, el autor que en su profunda melancolía va narrando las vicisitudes de protagonista, un poeta al que se le escapa la amada y el amor en un rayo de luna. Entonces la imaginación se apodera del relato, y el espíritu vivo de este poeta nos va introduciendo en la realidad fantástica de su poesía, esa poesía que se nutre del lamento amoroso y el recuerdo de la amada idealizado en la mente, del cual resulta la visión del enamoramiento fugaz y avasallador.

Comprendemos a la poesía como un medio para llegar al sentimiento. Para alcanzar la otra realidad, la que está más allá de los ojos y lo concreto. De esta manera es que tomamos a Bécquer, como un poeta que en su prosa vertió todo el caudal de la potencia creadora de su poesía, con la idea de palpar con la letra aquella otra realidad. El espectro de sentido que para un espíritu poético pueden llegar a significar las cosas, y el resultado que esto tenga. En las leyendas el origen de la fantasía creadora está en el poeta, y desde el poeta las leyendas terminan en lo que son: una obra que trasciende a su tiempo.



Leonardo Murillo