Tolerancia Cero

Es hora de hablar de ellos, los personajes que se sientan a conversar de las noticias de la realidad nacional e internacional. Un Melnick atornillado por la mano del dueño del canal, Sebastián Piñera (un magnate que es aplaudido por Kike Morandé y Cecilia Bolocco; por Kike Morandé porque ya no es el Pinochetista que amaba a Lavín y se dio cuenta de que Lavín era un weón tonto o un cristiano talibán ergo Piñera representaba de mejor manera su ideales macroeconómicos de huaso mercanchiflero y por nuestra exMiss Universo que le dio un beso en la mejilla al tata crudo de la cremación, al general en su mejilla fría recién afeitada la Cecilia Bolocco hija de un padre que se le ocurrió fabricar televisores Bolocco que duraban dos días y medio). Un Melnick derechista confeso que maneja su automóvil rojo por las calles de Santiago, su automóvil rojo que representa la aceptación de las explotaciones por la ventana, la recepción de las bolsas de la tienda como quien traga su propia saliva con sabor a sal Lobos de esta que venden a trecientos el kilo en el Lider. Un Guiller orgulloso de su misión en el mundo, por Dios y la biblia mormona. Guiller tan amado por los lectores del noticiario de chilevisión tan amado por su colocolismo (particular patología que sufren aquellos hinchas del équipo campeón de la libertadores el 91 y que consiste en la carencia de la marraqueta crujiente el día posterior). El guiller que se tupe en el argumento, que se tupe comprensivamente por la pasión futbolística, que se tupe porque su lenguaje se convierte en vacío, en hoyo negro de la misión comunicativa en la parte media, en la parte media el discurso se va ensanchando hasta las palabras gigantes y los conceptos gigantes irrebatibles. Un Villegas que brindó ante la muerte de René Letelier, que tuvo el descaro de brindar con la copa levantada la muerte de René Letelier como diciendo te fuiste con nosotros, estamos juntos y nos iremos a jugar con el verdadero Fritz siete, presencia de los sueños mortales. Un Villegas como pompa de jabón reflejada en narices que se suenan con pañuelos desechables que no importan nada, porque el pañuelo desechable para ti la verdad es que no importa nada, absolutamente nada, nada, nada, nunca nunca nunca!.Un Villegas en procesión de duendes malignos deslizándose por las prostatas, por los libros de Historia y las pastillas en conta de las jaquecas del vestido italiano, el vestido italiano y el dios que te atreviste a negar como negaste o niegaste la bolsa de basura del rostro de Alejandro Zambra, tal cual negaste o niegaste el asado a la chilena y la buena cumbia de una ramada; sin duda la experiencia lógica y la matriz de sentido, de un único sentido matemático tal cual tus ojos ante las inteligencias derramadas en los platos de tu cultura; sociólogo de cuchillo cartonero, látigo y machete de los más creíbles argumentos.
Y el vacío, un espacio donde estuvo el inolvidable Aldo Rómulo, las cejas y la piel craterosa de los innombrables, los otros que no están a la altura del inolvidable Aldo Rómulo.
Y Paulsen, con su sonrisa ganadora e inquieta: tragador de palabras y estructuras y estructuras en sinfonías de mañanas con leche y panes tostados, diarios y estructuras y correlatos de bruma argentina, de cancha con lesión eterna, para despedirse del futbol chileno, las estadísticas y tú en tu país, porque el inglés lo aprendiste con los brazos cerrados y en la mano el auricular de tus contactos, defensor de causas y rock y nostalgia de años de Dictadura-perogrullo.
Tolerancia Cero: la derecha y la izquierda son la prueba más fehaciente de la destrucción del Hombre.
1 Comments:
Melnick es, lejos, el más certero y visionario de los cuatro panelistas.
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