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Location: Metropolitana, Chile

Nacido en 1984, Leonardo Murillo ha dedicado su vida a respirar el aire que emanan los objetos construidos por el hombre. Sus primeros cinco años los vivió cuestionándose las razones que tenían las tias del jardín para pegar cachetadas a quien no se durmiera en las colchonetas. Luego vendría el colegio, la educación básica en donde Jessica Arriet Ojeda, la profesora jefe, lo martirizaría en base a retos y humillaciones frente a sus compañeros. De quinto a octavo frecuentó la marihuana, el crack y la pobreza de una escuela municipal cerca de su casa. En el 2002 completó sus estudios secundarios para abocarse ha seguir respirando el aire que emanan los objetos construidos por el hombre. Administra y es uno de los fundadores del sitio y editorial www.poetica.cl. Fanático del ajedrez y la poesía, Leonardo Murillo come todos los días pan con algo pal pan y té, sentado en la cama a una distancia de treinta y siete centimetros entre él y su televisor.

Thursday, November 22, 2007

asfixia y esos Muertos

En Tegucigalpa muere un niño de 18 meses atragantado por un tornillo, asfixiado, mirando el rostro del ama de casa. Un bebé de seis meses por una papilla en Alcobendas, se quiso ver los ojos. Por el hueso de una aceituna, un niño de dos años decide fallecer con la familia alrededor dando alaridos, correazos de sangre en el cuerpo, para la más bella tristeza. Por una salchica, en Arganda del Rey, un niño de tres años decide atragantarse en la cena de familia, para que la madre supiera que la deglución comporta esferas de colores y gestos de rata. Por la ventosa de una flecha de juguete, y en compañía del abuelo, se le atravesó en las vías respiratorias, en Valverde de la Virgen, a una persona de cuatro años: infligió dolor a la diarrea del perro en el dibujo. No funcionaron las maniobras de reanimación ni los fármacos, fue su último deseo. En un momento en el que estaban solos, muere atragantado por un adorno de navidad. Un bistec de huachalomo fue el arma que eligió un niño de doce años en Valparaiso para morir mientras bajaba los peldaños de los cerros. El horizonte negó la versiones que situaban el hecho en las constelaciones de principios de la década, afirmando que en agosto de 1999 murió de un año y con un trozo de manzana y en abril del mismo con un collac, lo mismo que en diciembre del 2000, con seis años y con una figura pokemon, no obstante le haya enterrado un lápiz pasta en la traquea.

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