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Location: Metropolitana, Chile

Nacido en 1984, Leonardo Murillo ha dedicado su vida a respirar el aire que emanan los objetos construidos por el hombre. Sus primeros cinco años los vivió cuestionándose las razones que tenían las tias del jardín para pegar cachetadas a quien no se durmiera en las colchonetas. Luego vendría el colegio, la educación básica en donde Jessica Arriet Ojeda, la profesora jefe, lo martirizaría en base a retos y humillaciones frente a sus compañeros. De quinto a octavo frecuentó la marihuana, el crack y la pobreza de una escuela municipal cerca de su casa. En el 2002 completó sus estudios secundarios para abocarse ha seguir respirando el aire que emanan los objetos construidos por el hombre. Administra y es uno de los fundadores del sitio y editorial www.poetica.cl. Fanático del ajedrez y la poesía, Leonardo Murillo come todos los días pan con algo pal pan y té, sentado en la cama a una distancia de treinta y siete centimetros entre él y su televisor.

Wednesday, November 16, 2005

Como vendiendo cachureos en la feria

Como vendiendo cachureos en la feria
las palabras salían guturales en mi abismo
las frases de amor de sombra de discusión bella

como vendiendo cachureos en la feria
un niño ladra como perro con sarna

como perro con sarna picaba el cara de gallo del alma
la sed el intestino abultado
la fresca lozanía del desierto de las cinco de la
mañana
aun nadie vende la ropa gringa
aun nadie alimenta al perro lenteja
aun nadie satisface el espíritu

las mujeres bogaban para salir más tarde de las sedas,
compraban zapatos de cuero usado,
yo vendía el cuero de los cueros gastados
y un sulfuro sobresalía en la esquina de Tolstoi
verdealazado al clamor de una niña de dos años
sonriente como nunca antes vi sentirte la inocencia
más perfecta
ni yo mismo entrando al baño de los nigromantes
ni el espejo que realzaba la greda deforme de una
visión desnuda
ni el soporte de mis años de circo
ni aun seguir siendo el chico muy listo

pero se sufría en no vender los cachureos en esta
feria
y la tarde se acercaba como el beso de improviso en
esas chiquillas
de seguros ellas son una chiquillas muy listas
ellas en una de esas me amaban
y yo en una de esas desaparecía

mas los cachivaches del alterego manchados con tempera
leían
leían las palabras fantásticas de Ana Karenina
esas están a doscientos
casera
y eso a quinientos
caserita

Y en mi casa diviso en letanía el desamparo
allá están en mi casa guarecidos en el techo del cara de gallo
las tuercas los tornillos cotonas gringadas en Bandera
ellos junto a mí seremos los desamparados
y acaecerá todo como un flujo
primero de dolor luego de abandono
lloraremos tristes como el sueño de anoche (pesadilla)
con la tristeza colgada en la envergadura del esófago
amaneceremos luctuosos tristes con gusto a dolor
despertaremos con las gotas saladas en los ojos
y querremos seguir llorando llorando llorando
en honor a la naturaleza triste del sueño (pesadilla)

la feria de la tristeza de ver el futuro en negrura
[(se sabe que más adelante lloraremos desesperados,
no habrá salida)]
yo voy a la feria y soy feliz
tres mil pesos vendiendo un cassete de Santana
soy feliz vendiendo en la feria


vendiendo cachureos frases palabras solidarias
tres mil pesos vendiendo un reloj averiado
un amor vendido como cachureo
soy feliz vendiendo en la feria

las teteras bananos tazos de amor y de odio
(el amor lo vendo a raudales
soy infinito con mi amor vendido)
ceramica chalecas casacas (a quinientos morena maciza dueña de casa)
("soy infinito con mi amor vendido")
soy feliz vendiendo en la feria.

Leonardo Murillo

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Santiago de Chile

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