Cabro chico Bailaor

Esta foto pertenece a mi infancia. Soy el nigno de short rojo. El en quien se condensan las imposiciones del planeta. A el se aferran los gramos de pureza que es obligada en Bailarse para ser Bailativo de los que degustan de Bailaores. De un nigno Bailaor. De un globo inflado hasta la mitad y una serpentina que es soplada por personas que gustan de sonreirse entre parientes. La risa de la vida y la mierda. Sonrisas entre los parientes de las personas que en las casa conversan con un vaso en las manos. Impuestos por la seriedad farsante y coloquial de un, olle que estan grandes tus nignos...como esta la Berta. Riamos y seamos estupidos pues todos los seremos. Riamos y mantengamos la frente en alto como si el horizonte fuera un futuro dulce donde morir en Familia, en la parcela de la Familia junto con el primo cura y la abuela con hipertension sea el final anhelado por los destinos de las vidas. El sol se anuncia en las magnana y como esta de la pata, tio Chirola. Como estan sus risas fingidas y de la mano los pololos y tu polola, maldita perra. La anunciada laxitud de un viento tras la puerta al cielo. La hoja seca y el espacio sideral en la carcajada teatral. El murcielago; infelicidad extensiva al espectaculo de extender la mano a sus manos y preguntar cuanto tiempo no ha pasado desde sus ultimas brutalidades. Pucha que tengo ganas de reirme. Vamos a cenar o comamonos los cereales de la felicidad y la mierda. Seamos los que respiran viendo los televisores en blanco y negro y pucha que esta mala esta cuestion. Acariciemonos la cabeza, mama. Obliguemonos a bailativos y riamos, mama. Desenredemonos el pelo con los dedos y recordemos que pasabas desenredandote el pelo pues lo encontrabas entretenido. Seamos silencio y la boca abierta. Seamos Vals de Bailaor triste, mama.