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Location: Metropolitana, Chile

Nacido en 1984, Leonardo Murillo ha dedicado su vida a respirar el aire que emanan los objetos construidos por el hombre. Sus primeros cinco años los vivió cuestionándose las razones que tenían las tias del jardín para pegar cachetadas a quien no se durmiera en las colchonetas. Luego vendría el colegio, la educación básica en donde Jessica Arriet Ojeda, la profesora jefe, lo martirizaría en base a retos y humillaciones frente a sus compañeros. De quinto a octavo frecuentó la marihuana, el crack y la pobreza de una escuela municipal cerca de su casa. En el 2002 completó sus estudios secundarios para abocarse ha seguir respirando el aire que emanan los objetos construidos por el hombre. Administra y es uno de los fundadores del sitio y editorial www.poetica.cl. Fanático del ajedrez y la poesía, Leonardo Murillo come todos los días pan con algo pal pan y té, sentado en la cama a una distancia de treinta y siete centimetros entre él y su televisor.

Saturday, November 26, 2005

xadrez



Allí me pueden ver, jugando ajedrez una tarde de abril del año 2002, cuando los soles eran más limpios y las jugadas se afincaban en casillas más puras que las alcahuetas de los pasillos. Juegan las negras, o las blancas, o el mundo en el pensamiento se nutría de imágenes como las del niño ante el oceano, el cual te tragaba y te sostenía en un confín de estate quietos, en ese lugar en donde los segundos transcurrían y tu posición se desordenaba. Los contentos sumergían sus esperanzas en las respiraciones tranquilas del llegar a casa. La tristeza era un integrante, un hermano medio que vivía lejos para el arconte de la misantropía. Y tú gritabas: de nada sirve. Y yo te respondía: tienes razón. Oh, sol de la alegría turbulenta, aquella que no está cuando la recuerdas, me imaginas los versos de Pessoa, Caeiro, quien escribía: como un ruido de cencerros tras la curva del camino, mis pensamientos están contentos, sólo me apena saber que están contentos, porque, si no lo supiese, en vez de estar contentos y tristes, estarían alegres y contentos.
Y tú gritabas: de nada sirve. Y yo te respondía: tienes razón. La pila que entierran los niños en el jardín de sus casas, espera la excavación de tu perro. y él a la vez espera el llamado de tu boca. Y tú esperas que todo se cierre, para que nunca más pienses en el pliegue de sus ojos. Para que ojalá algún día vuelva a ser todo como antes.
Y tú gritabas: de nada sirve. Y yo te respondía: tienes razón.

1 Comments:

Blogger Amaro Silveira said...

Hola!
Tengo una pregunta, pero no tiene que ver con el texto que escribiste. Estuve intentando mandar el mail para acceder al club de escritores.cl y me rebota (suscribe@yahoogrupos.com.mx): ¿Tú sabes si cambiaron la dirección de correo o cómo hacer saber que quiero formar parte del mentado club?
Gracias por tu respuesta.

11:10 PM  

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