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Location: Metropolitana, Chile

Nacido en 1984, Leonardo Murillo ha dedicado su vida a respirar el aire que emanan los objetos construidos por el hombre. Sus primeros cinco años los vivió cuestionándose las razones que tenían las tias del jardín para pegar cachetadas a quien no se durmiera en las colchonetas. Luego vendría el colegio, la educación básica en donde Jessica Arriet Ojeda, la profesora jefe, lo martirizaría en base a retos y humillaciones frente a sus compañeros. De quinto a octavo frecuentó la marihuana, el crack y la pobreza de una escuela municipal cerca de su casa. En el 2002 completó sus estudios secundarios para abocarse ha seguir respirando el aire que emanan los objetos construidos por el hombre. Administra y es uno de los fundadores del sitio y editorial www.poetica.cl. Fanático del ajedrez y la poesía, Leonardo Murillo come todos los días pan con algo pal pan y té, sentado en la cama a una distancia de treinta y siete centimetros entre él y su televisor.

Sunday, October 28, 2007

Me dijiste que iba a leer. Me dijiste que iba a leer.

el jueves pasado fui a la feria internacional del libro de santiago. ahí se me ocurrió meterme a una sala donde estaban leyendo los poetas que se ganaron la beca neruda este año. entré atrasado y con mi atuendo de vagabundo despreocupado de las cosas (parece que estoy cultivando un look que me sale sin querer). Los últimos poetas que leyeron fueron paula ilabaca y diego ramirez. el poeta que los presentaba era jaime quezada. al final se les ocurrió la magna idea de invitar al público a dar opiniones. Uno de esas personas, de esos anónimos personajes del mundo del individuo que es el otro. lanzó un comentario que inmediatamengte fue aplacado por la contestación de la poeta paula ilabaca. ella respondió que en Chile existen "muchos buenos poetas, demasiados", respuesta, por lo demás, políticamente correcta. yo estaba sentado cinco metros a la izquierda de ese personaje anónimo, que lanzó su ingenuidad en el sentido del cuestionamiento a las razones de por qué hay tan pocos poetas jóvenes. Jaime quezada invitó a dar más opiniones al respecto, con su voz que se preocupa de las buenas modulaciones y la validez de su habilidad para mantener por largo rato la batuta de su propio discurso. uno de los poetas (yo creo que era poeta) que estaba sentado más atrás dijo que estaba de acuerdo con que habían muchos poetas, y luego se me ocurrió a mí opinar, porque parece que también soy una persona que puede opinar como los opinadores. dije algo así como que en este ambiente aparte de que hay muchos poetas, hay buenos estrategas. Lancé mi rollo en el sentido de que aparte de ser buen poeta hay que saber moverse en este ambiente, conversar con el jurado, formar grupitos y participar en el concurso cuando se sabe por qué hay que participar en el concurso. fue algo que en el tono de voz esperé que se colegiaran aquellas cosas que hay que colegiar. Jaime quezada dijo que hay muy buenos poetas en todas partes, que en coronel y bla bla que terminó en esos aplausos con que terminan estas cosas. yo me fui raudo, esquivando la envergadura de un poeta que después supe que se llamaba ernesto gonzalez barnet. lo supe el día posterior. qué pasó, te preguntarás mas oh criatura de muchas palabras y de muchos poquitos razonamientos, criatura de tantas razones humanas basadas en tus sinrazones. bástate saber que se me ocurrió ir a una lectura organizada por este poeta. o sea, no se me ocurrió. conversando en messenger con el ímpetu juan carlos vergara, me propuso que fueramos. no tenía plata pero me convenció diciendo que el que quiere ir va y punto. ya pos, quedamos de juntarnos en el telepizza de plaza italia a las seis y media. al final terminé llegando yo solo, porque mientras lo esperaba me llamó diciendo que no iba a poder ir: merluzas en le feria: vendí la pescada.
terminé yendo solo, y allá me encontré con gonzalito geraldo que andaba con el poeta oscar petrel. este último de una enorme calidad humana.
cuento corto: ese ernesto gonzalez barnet, con su cara que recuerda su infancia aún, me anotó dándome a entender que leería. presentó a los últimos poetas y no estaba incluido. no sé que sentí, pero nos fuimos con gonzalo geraldo, felipe kong, carlos oropesa y christofer:

Ernesto, me dijiste que iba a leer. Me dijiste que iba a leer.-le grité antes de salir de aquel bar.

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