PERPLEJIDAD
Razones para una cachetada pueden llegar a ser varias. Principiando por la postura dialógica de la mujer ante el hombre, que casi nunca es totalmente amistosa. Siempre hay detras una especie de hostilidad, una posible dicotomía pene y vagina.
Cuando le di la mano sin querer mi dedo del medio se posó en el centro de su palma. La cachetada me dejó perplejo. Se fue corriendo y el sol parece que me llegó con más fuerza, o quizás haya sido el estado febril que alcanzó mi mejilla. Nunca lo sabré.
Después, consultando con mis amigos de la plaza, me dijeron que aquella accidental maniobra tiene un sentido sexual, el cual ignoraba por completo. Gracias a esta precisión pude llegar a comprender a esa adolescente que arrancaba. Esa imagen de su espalda y sus caderas corriendo puedo vincularla con la de Eladio Linacero reteniedo por largo tiempo un gargajo en su rostro. De esta forma, creo que se produce una mixtura similar a un recubrimiento, a una cáscara. Surge la vestimenta de la perplejidad como parte del componente azucarado de un gargajo lanzado por una mujer contra un hombre. La cachetada, en este sentido, comparte un grado de similitud con el escupitajo. Y también hay un paralelo entre la maniobra accidental y la vejación cometida por el personaje. En todo caso, creo que existe una diferencia radical: el sentimiento de Eladio nunca fue de perplejidad, en cambio, yo quedé perplejo.
La otra vez, pensando en la micro mientras miraba por la ventana, llegué a la conclusión de que las mujeres por largo tiempo han debido soportar el patriarcado porque no se han preocupado de enaltecer su condición de receptoras. La vulva ha sido cotizada a un buen precio durante décadas. La vulva está en nuestro inconciente masculino como un punto de mira: ahí debemos penetrar. Es como la relación entre el homosexual activo y el pasivo. El matiz social del homosexual pasivo, a mi parecer, comporta un sentimiento de inferioridad ante la figura del falo (y por ende de lo masculino) que está en el mismo nivel que el de las mujeres en el acto sexual, cuando esperan la penetración de quien ha sido y es el macho que eyacula en su interior. Este sentimiento de inferioridad es albergado en la siquis femenina como quien guarda un celular o un paquete de galletas en el bolsillo. Existe en el diálogo, en el tono de voz y en el ademán. Así, no puedo sino comprender el esfuerzo de la adolescente por alcanzar su objetivo de gastar energía en sus piernas. Está arrancando del hombre y su ámbito reproductivo. Aún así, creo que la perplejidad se asentó en mi corazón con todas las de la ley, porque en ese entonces todavía no me llegaba la pubertad. Y me toqué la mejilla, y senti la ducha en la acepción, y le agradezco al diccionario.
2 Comments:
hola compadre:
estaba buscando el nombre de "jessica del carmen Arriet Ojeda", y llegue a tu blog.
en que colegio ibas?
Yo en el Chilean eagles college, y en basica estuve desde 1991-1994 con la profe jessica arriet, en 1, 2, 3, y 4, A.
ojala me contestes
alfredohernandiaz@gmail.com
yo no me acuerdo en qué letra de mi curso estuve en el chilean. Sí recuerdo que estuve los mismo años que tú.
Jessica Arriet Ojeda fue mi profesora jefe. Además de eso recuerdo muchas cosas.
pronto te enviaré un mail.
Post a Comment
<< Home